
Regreso a Mastropancho para comentar una foto muy interesante que tenemos de él. Esta fue tomada a mediados de los años 60 y puede verse el tipo de comercio que se estilaba en la fecha. Eran tiempos de la escasez y, como el mismo Ford que dijo que cualquiera podría elegir el color de su coche siempre que fuera negro, vemos como en la tienda de Mastropancho cualquiera podría elegir el zapato, es decir, el número de zapato que calzaba pues no había otra posibilidad.
Allí está también un elemento que aún perdura en la tienda, el libro diario, concepto contable que en este caso solo reflejaba la venta a crédito, los "fiaos" del día, para posteriormente pasarla al libro mayor donde cada cliente tenía su detalle extraído de ese diario. En la estantería se percibe otro elemento característico de la tienda, los sombreros que importaban de Sevilla y que en los últimos años su nieta Marisol ha comprobado como en los barrios más perdidos de Tejeda y Artenara aún quedan viejitos que recuerdan a Mastropancho, al que iban a comprar los sombreros.

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